"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

domingo, 31 de enero de 2016

QUE RUIDO TAN TRISTE

 
Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día
flores en el jardín de un diminuto bolsillo. 


Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche. 


Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto.




Luis Cernuda

sábado, 30 de enero de 2016

BOSQUE


Cruzas por el crepúsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable. 


Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje. 


El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.




Angel Gonzalez

viernes, 29 de enero de 2016

ASI NUNCA VOLVIO VOLVIO A SER


Como llevaba trenza
la llamábamos trencita en la tarde del jueves.
Jugábamos a montarnos en ella y nos llevaba
a una extraña región de la que nunca volveríamos.

Porque es casi imposible abandonar
aquel olor a tierra de su cabello sucio,
sus ásperas rodillas todavía con polvo
y con sangre de la última caída
y, sobre todo,
la nacarada nuca donde se demoraban
unas gotas de luz cuando ya luz no había.
Allí me dejó un día de verano
y jamás regresó
a recoger mi insomne pensamiento
que desde entonces vaga por sus brazos
corrigiendo su ruta, terco y contradictorio,
lo mismo que una hormiga que no sabe salir
de la rama de un árbol en el que se ha perdido.





Angel Gonzalez

jueves, 28 de enero de 2016

EL ADVENIMIENTO DE LA LIBERTAD


Insonde es el jardín,
rostro parlero y mudo,
el avatar distante,
el silencio desnudo.


Una larga paciencia
de siglos me depara
la bella oscuridad
en la espera tan clara.


La sangre fue vertida:
el adoquín no nace.
La memoria de todos
con su fuego complace


la inermia en la colina.
Y lo que fue arrebato
pasa como luciérnaga
en lo verde nonato.


Pero... mi cruel crepúsculo
no satísface apenas.
El hombre de este tiempo
reflorece en cadenas


y cede sus angustias
a lo que es profecía.
No todo, con augurio,
refuerza la agonía.


—Jardín insonde,
anulas la perlada ceníza.
Y el águila convoca
su muerte muy aprisa—.


El humilde estandarte
del crepúsculo implora
la fragancia total que se
yergue en la aurora.


Se cansa el mal unánime,
se cansa el torreón,
sirviendo a los espacios
en perpetuo baldón.


La piedra está en la mano
y la hierba se agita
en este te tornasol
pulsado por la cita.


La libertad invade
al siervo. Y el jardín
bocado a la nostalgia
de Dios en el confín


presenta rosas, rosas,
promesas de la lumbre.
Hoy estamos sin sombra
en la tórrida cumbre


en la hermandad gloriosa
que salta en la simiente.
Y no hay paloma insonde.
Late en la mano hiriente



del que quiso obstruir
la virginal poesía
en el centro del mar
la paloma nacía.




Francisco Matos Paoli

miércoles, 27 de enero de 2016

ISLA ADVERSA


El mar se me suicidó a pedazos,
fue cayendo poco a poco, a mansalva
dentro de mi corazón
                        y terminó inundándolo. 


con él se fugó toda la extensión de la playa
y el sabor de algún rocío extraño
cuando soñaba con la inmensidad
que no se alcanza. 


soy testigo de cierta obcecación insular
que no conoce límites
cuando las olas baten contra los farallones
y hacen peligrar el mustio silencio de inoportunas ceguedades. 


He subido hasta mi último peldaño para reencontrar
su inmensidad, para escuchar su rumor oscuro
                                  rodeándolo todo
y apenas alcanzo a divisar su traicionera calma
su espesura de signos su encantadora embriaguez
su bofetada traidora justo al borde de un camino
que alguien denominó encrucijada. 


Siempre soñé con el mar y su ademán de sombras
infinita frontera entre tanto viento y territorio
blasfemia desaforada que reniega de códigos y dobleces
                                    y lo engulle todo.


Mi mar es otra mentira entre ceja y ceja
una fiesta antigua otra alegoría que me salva...
procacidad convertida en largo sufrimiento
apodado trampa, cárcel, cerco, concilio, simulación, desconcierto.
Mi mar es una isla adversa...
otra frontera innecesaria. 





Juan Carlos Rivera Quintana

martes, 26 de enero de 2016

SIN SILENCIOS MUCHACHO

 
Un muchacho cayó de lo alto esta noche,
fracturándose la voz emancipada.


El tan sólo se quiere levantar cuando aún
el mar está a oscuras y titilan las pupilas de algunas mujeres.


Vagabundo, robado y sin rumbo
se protege de los ojos de las tinieblas.
Es la cara y la cruz de quien se viste no más que con ojos.


Lanza su valor como una colilla apurada
y rompe el cristal que el sueño precipita
en los extremos de sus pies y manos.


En medio de la calle, en la que un día cambiará
ha dejado una cruz que no oye voces.
Pero también hubo otro muchacho que cayó al mismo tiempo,
se desangró los ojos, se fracturó casi el alma.


Tenia nombre de fruto amargo y ácido
y su mirada curiosa ansiaba la conquista del paraíso.


Le denegaron la entrada a los cielos
le brindaron las llaves del infierno.


Amigo, el impacto estrepitoso del cuerpo
tan sólo lo oyeron mis oídos.


El azahar y el romero enraízan sus adentros
para colmar de gloria la caída en la que se forjó
el milagro de la feliz respuesta del no a tu silencio.




Francisco J. Gallardo

lunes, 25 de enero de 2016

A MIS AMIGOS


Cuando no reste ya ni un solo grano
de mi existencia en el reloj de arena,
al conducir mi gélido cadáver,
no olvidéis esta súplica postrera:

no lo encerréis en los angostos nichos
que llenan la pared formando hileras,
que en la lóbrega, angosta galería
jamás el sol de mi país penetra. 


El campo recorred del cementerio,
y en el suelo cavad mi pobre huesa;
que el sol la alumbre y la acaricie el aura,
y que broten allí flores y hierbas.

Que yo pueda sentir, si allí se siente,
a mi alrededor y sobre mí, muy cerca,
el vivo rayo de mi sol de fuego
y esta adorada borinqueña tierra.




Jose Gautier Benitez

domingo, 24 de enero de 2016

UNA PREGUNTA

 
Sol espléndido y radiante
en la ancha esfera sujeto;
no te pregunto el secreto
de tu esplendor rutilante. 


Ni por qué, nube distante
tiñes de ópalo y rubí;
pero perdóname si
te pregunto en mi querella,
¿si estará pensando en mí
como estoy pensando en ella? 


Luna, brillante topacio
que, entre nebuloso tul,
cruzas la techumbre azul
de las alas del espacio. 


Si se fijaron despacio
sus bellos ojos en ti,
y si la miraste, di
si estaba doliente y bella,
si estaba pensando en mí
como estoy pensando en ella. 


Mar inmenso que te agitas
sobre tu lecho de arena,
y que ora en bonanza plena
tus olas no precipitas;

tú que bañas las benditas
riberas donde viví,
los sitios donde la vi
tan pura, tan dulce y bella,
responde, si piensa en mí,
como estoy pensando en ella. 


Brisa, que acaso pasando
jugaste con sus cabellos,
tú que besaste su cuello
su mejilla acariciando,

Y que luego murmurando
te fuiste lejos de allí,
si eres la misma que aquí
pasas sin marcar tu huella,
responde, si piensa en mí,
como estoy pensando en ella. 


Noche apacible y serena
por más que te cause enojos,
que sean más bellos sus ojos
y más negra su melena,

Presta un consuelo a mi pena
ya que sufriendo viví,
y pues no llega hasta aquí
el resplandor de esa estrella,
responde, si piensa en mí,
como estoy pensando en ella.


Nubes que en blanco celaje
bordáis el manto del cielo,
cual aves que alzan el vuelo
sobre el inmenso paisaje,

decidme si en vuestro viaje
lejos, muy lejos de aquí,
llegasteis a verla, y si
respondéis a mi querella,
si estaba pensando en mí,
como estoy pensando en ella. 


Sol y luna, mar y viento,
nubes y noche, ayudadme,
y en vuestro idioma contadme
si es mío su pensamiento;

si es igual su sentimiento
a este que mi pecho hiere,
decid si mi amor prefiere
a la calma que perdió;
¡decidme, en fin, si me quiere
lo mismo que la amo yo!




Jose Gautier Benitez

sábado, 23 de enero de 2016

POCOS TERCETOS ESCRITOS A UN AMIGO


Mientras estáis allá con tierno celo,
de oro, de seda y púrpura cubriendo
el de vuestra alma vil terrestre velo,

  sayo de hierro acá yo estoy vistiendo,
cota de acero, arnés, yelmo luciente,
que un claro espejo al sol voy pareciendo. 


  Mientras andáis allá lascivamente
con flores de azahar, con agua clara
los pulsos refrescando, ojos y frente,

  yo de honroso sudor cubro mi cara
y de sangre enemiga el brazo tiño
cuando con más furor muerte dispara. 


  Mientras que a cada cual con su desiño
urdiendo andáis allá mil trampantojos,
manchada el alma más que piel de armiño,

  yo voy acá y allá, puestos los ojos
en muerte dar al que tener se gloria
del ibero valor ricos despojos. 


  Mientras andáis allá con la memoria
llena de las blanduras de Cupido,
publicando de vos llorosa historia,

  yo voy aca de furia combatido,
de aspereza y desdén, lleno de gana
que Ludovico al fin quede vencido. 


  Mientras cual nuevo sol por la mañana
todo compuesto andáis ventaneando
en haca, sin parar, lucia y galana,

  yo voy sobre un jinete acá saltando
el andén, el barranco, el foso, el lodo,
al cercano enemigo amenazando.


  Mientras andáis allá metido todo
en conocer la dama, o linda o fea,
buscando introducción por diestro modo,

  yo reconozco el sitio y la trinchea
deste profano a Dios vil enemigo,
sin que la muerte al ojo estorbo sea.




Francisco de Aldana

viernes, 22 de enero de 2016

AQUELARRE

 
La estrella impuso su brillo de rocío
Impúdico aroma de primaveras
En retorno como un ave hacia el pétalo,
Todo vuelo significa una brisa
Una distancia a la que viajar apenas
Un grito inmóvil de resonancias en las grietas
Un cristal y la elocuencia
Del pájaro que huye para asirse a la espera.
Puedo imaginar el susurro y su codicia
Puedo llorar sobre las brumas del vino
Pero el ansia que me eleva
Vuelve a todo estrella,
El rocío huele a noche
Lástima que el pétalo no lo sepa. 





Hugo Nicolas Taglia

jueves, 21 de enero de 2016

LA RESIGNADA



¡Si tú misma no sabes
que no te has acabado!
Cruzas las manos blancas,
te callas las venas,
cierras los ojos,
no te mueves, de miedo
a estar ya cara al cielo,
delgadas tablas entre
la tierra y tú.


Te resignaste ya
a la enorme sospecha:
se acabó.
¡Qué sumisión a esa
muerte
que tú crees aquí!
Pero que está tan lejos,
tan lejos, yo lo veo.
Sueño, sí, no la muerte.


La señal más segura
es que no estarás sola
como los muertos cuando
abras los ojos. (Sola
ya detrás del gran mundo).
No.


Al abrirlos verás
que estaba yo a tu lado,
esperando, y por eso,
por estar yo esperando,
nada más que por eso
—no por el sol y el año,
y lo azul y las huellas—,
no será muerte, no.


Sueño, sí, con su aurora.



Pedro Salinas

miércoles, 20 de enero de 2016

LA CONCHA

 
Tersa, pulida, rosada
¡cómo la acariciarían,
sí, mejilla de doncella!

Entreabierta, curva, cóncava,
su albergue, encaracolada,
mi mirada se hace dentro. 


Azul, rosa, malva, verde,
tan sin luz, tan irisada,
tardes, cielos, nubes, soles,
crepúsculos me eterniza. 


En el óvalo de esmalte
rectas sutiles, primores
de geometría en gracia,
la solución le dibujan,
sin error, a aquel problema
propuesto
en lo más hondo del mar. 


Pero su hermosura, inútil,
nunca servirá. La cogen,
la miran, la tiran ya. 


Desnuda, sola, bellísima
la venera, eco de mito,
de carne virgen, de diosa,
su perfección sin amante
en la arena perpetúa.




Pedro Salinas

martes, 19 de enero de 2016

MIS FLORES PARA TI


Quisiera que estas flores
fueran para mitigar el dolor,
para ayudar a olvidar
para dejar de sufrir
o parar de llorar
Pero no lo son.


Me gustaría que sus colores
sirvieran para dibujar un cuadro
con sus horas alegres y felices
con lo más lindo de su vida 


Me gustaría que su perfume
bañara nuestros sentidos
permitiéndonos sentir
lo que no se ve ni se toca


Me gustaría que el verde de sus hojas
Nos llevara volando como pájaros
Al jardín de sus ilusiones
Al bosque de sus esperanzas


Que la maravillosa suavidad
Y eterna belleza de sus pétalos
Fueran los besos que faltaban,
Esos que se llevó al partir

Que cada frágil capullo
Fuera un alado Pegasus


Que nos pudiera transportar
al lago de sus sueños

Pero como nada nada de eso puede ser
Le imploro a Dios, al gran Dios

El creador del cielo y de la tierra
Con lágrimas en mis ojos
Que al caer cada pétalo de estas flores
Uno por uno se vaya transformando


En suaves plumas blancas,
Pequeñas, delicadas, livianas
para que en el majestuoso cielo azul
Formen un hermoso y mullido nido


Vaporoso como suspiros de mariposas
Donde repose para siempre
Su hermoso cuerpo dormido

Adiós hija mía, amor de mi vida
Guárdame un lugar al lado tuyo

Papisen



Freddy Diaz Macker

lunes, 18 de enero de 2016

HACIA LA TIERRA

 
Cuando tiempo y distancia
engañan los recuerdos,
¿Quién lo ignora?, es amargo
volver. Porque interpuesto



Algo está entre los ojos
la imagen primera,
mudando duramente
amor en extrañeza.


Es acaso un espacio
vacío, una luz ida,
ajada en toda cosa
ya la hermosura viva.


Mas volver debe el alma
tal pájaro en otoño,
y aquel dolor pasado
visitar, y aquel gozo.


Nube de una mañana
áurea, rama de púrpura
junto a una tapia, sombra
azul bajo la luna.


Posibles paraísos
o infiernos ya no entiende
el alma sino en tierra.
Por eso el alma quiere,


Cansada de los sueños
y los delirios tristes,
volver a la morada
suya antigua. Y unirse,


Como se une la piedra
al fondo de su agua,
fatal, oscuramente,
con una tierra amada.




Luis Cernuda

domingo, 17 de enero de 2016

POR TODOS LADOS


Y si de tanto besar tus sombras
se agrietaran mis labios?


Y si de no sentir tu roce
se secara mi piel?


Y si de no tocar tu mirada
perdiera la fe?


Y si tu regreso
dependiera tan sólo de mi espera?


Como haría entonces
para no impacientar al dolor?


Como haría, dime
para que no me consumiera el amor?


Tendría que rendirme al silencio
para quedar inmóvil en tu recuerdo?


Tendría que pasar a ser
tan sólo parte de un "tal vez".




Maria Emilia Lentino

sábado, 16 de enero de 2016

RIGORES NORTEÑOS

 
Allá por los extremos boreales,
que congelaron aires ventisqueros,
se expanden los airados aguaceros
que zumban entre gélidos glaciales.


La vida se endurece a los mortales,
muestra indecisa sus rasgos someros,
dardos de luz, sin parecer certeros,
por los inaccesibles ventanales.


Que al Norte tiranizan inclementes
rigores inflexibles, ateridos,
yertos, de vida y de calor ausentes.


Del viento en soledad brotan gemidos
que comparten, en gamas diferentes,
las peripecias de sus mil sonidos. 




Francisco Croche de Acuña

viernes, 15 de enero de 2016

LA NECESIDAD EN MI ENTORNO

 
Ciego en mi deambular, no advierto al lado,
que hay pobres conviviendo en mi camino,
otra usanza al andar, otro destino,
que pasos, a la par, conmigo han dado.


  Siento en mi alma haberme propasado,
hurtando el agasajo a mi vecino,
mostréle un rostro y ademán mohino,
y el gozo de mi mesa le he negado.


  Temo el sentir del lujo las codicias
y, haíto, no saciar el hambre luego,
privando al que se abruma en la pobreza.


  ¡Que imperen de los pobres las justicias,
y se consuman con llameante fuego
las vallas que limitan la riqueza! 




Francisco Croche de Acuña

jueves, 14 de enero de 2016

BIG - BANG

   
En medio de esta casualidad
que inventada ha sido por el caos
de la lejana siempre presente explosión,
se debate el hombre
en el centro mismo de la casualidad de la vida
queriendo manejar lo que no se detiene
creyendo necesario todo lo que ocurre
sin distinguir lo inevitable de lo casual
de los efimeros millones de años
en el estornudo universal.


Dividido todo en claros y oscuros
en los blancos que se pierden en el negro
en el negro que arde al fuego del mismo blanco
y eterno se hace aquel segundo universal
en que el hombre
quiere viajar más allá de la explosión.


Y revienta la mirada
mientras arrancar parecen los colores
que encarcelados por siempre
en la explosión de la pupila, se engañan
como el color que son los mismos hombres

 
En medio de esta casualidad
que inventada ha sido por el caos
de la lejana siempre presente explosión,
se debate el hombre
en el centro mismo de la casualidad de la vida
queriendo manejar lo que no se detiene
creyendo necesario todo lo que ocurre
sin distinguir lo inevitable de lo casual
de los efimeros millones de años
en el estornudo universal.


Dividido todo en claros y oscuros
en los blancos que se pierden en el negro
en el negro que arde al fuego del mismo blanco
y eterno se hace aquel segundo universal
en que el hombre
quiere viajar más allá de la explosión.
Y revienta la mirada
mientras arrancar parecen los colores
que encarcelados por siempre
en la explosión de la pupila, se engañan
como el color que son los mismos hombres
en la pupila universal de la gran mirada.
Queriendo viajar más allá
montando apenas el mínimo pensamiento
que es la verdadera cárcel en que yace la vida.

Juntar deberanse todas las miradas
para apenas saber
lo que no podrá jamás... este poema. en la pupila universal de la gran mirada.


Queriendo viajar más allá
montando apenas el mínimo pensamiento
que es la verdadera cárcel en que yace la vida.


Juntar deberanse todas las miradas
para apenas saber
lo que no podrá jamás... este poema.




Genaro Albaiño

miércoles, 13 de enero de 2016

PASEO

 
Tus finas piernas abren
camino a mis torpes pies. 


Manos unidas, eslabones
de cadena, candado
del cofre que eres tú. 


Búhos vigilan esquinas
con grandes ojos de hombre;
(hedor agradable de envidias,
oxígeno de mi orgullo). 


Frágil es tu cintura,
blanda esponja que ciño,
pellizco de mi amor. 


Mi pecho aloja tu pelo,
nido de tu cabeza;
palpita mi corazón. 


Rodeado por tus brazos,
parados en la acera,
doy gracias a Dios. 




Lucas Cruz

martes, 12 de enero de 2016

DESDE ADENTRO

 
Desde adentro, te amo
cara con palidez de luna
noche que ilumina
la vida oscura.


Mi vida
en primaveras ocultas
que se esconden
en este espacio
donde vivía un vacío
donde imperaba la nada
donde nada es nada
y tampoco es hueco.


Por que un tú
que no se palpa
anda dentro de mi esqueleto
y se pasea por mi alma
inflamado pasiones y deseos.


Y hace sonar campanas
arrebata a tierra y cielos
infiltrando en los huesos un miedo
a los extremos
a las distancias
a los cuerpos que ya se conocieron
mientras miradas atraviesan
espacios que eran yertos.


Y yo
y yo, tan aquí, tan dentro
tan cierto te tengo
que a veces me cuesta creerlo
pensando si será sueño
o si seré loco
ido de la luna
corriendo en pos
de un ansiado deseo.



Fernando Garcia Aleixandre

lunes, 11 de enero de 2016

EL VIEJO


Estoy triste, no sé de ti.
sé que estás sólo, así lo has querido,
ya las arrugas se te notan,
ya el viento de la nostalgia te golpea.


Estás viejo, sí que lo estás,
luces a veces cansado,
ensimismado, oculto de ti,
te escondes sin saberlo,
lloras en silencio.


Solo, como el viejo cedro,
erguido, indoblegable,
curtido en el campo, en la vida misma,
sólo con tus volutas de humo,
danzando y danzando detrás de ti.


Viejo, mi querido viejo,
ya la piel la tienes marchita,
de tanto amar, querer y renegar,
de trabajar, sí, de tanto trabajar,
pero sigues ahí,
terco, inexpugnable,
huyendo no se de quien,
quizás del sabor del triunfo,
o la derrota, más triunfos que derrotas.


Y te irás así, sólo,
cargado de nostalgias,
sin haber terminado tu tarea en esta tierra,
partirás de repente y yo sin saberlo,
y lo harás embelesado de esa tierra,
Santa Cruz, de donde saliste para no volver.


Te fuiste a la costa y te aburriste,
dejaste todo, el mar, la gente,
el calor, el trópico,
para refugiarte en otra tierra,
en otras miradas, otros amaneceres.


Y te fuiste cargado de nostalgia,
sin mirar atrás, sin querer volver,
te fuiste, viejo, mi querido viejo,
como huyendo de ti mismo,
como ignorando el pasado,
o intentando vivir otros tiempos,
otras épocas, otras gentes,
otras circunstancias.


Y me dejaste triste,
sí que lo hiciste,
lloré, se me desgarró el alma,
mi corazón se apretujó,
lloré, lloré y lloré,
hasta que se agotaron las lágrimas,
hasta que no supe de ti.


Ignoro que otros brazos te arropan,
que otras sonrisas escuchas,
que otros cantos de sirena,
de pájaros, ríos, escuchas,
lo cierto es que estoy aquí,
contándote mis penas, triste, desvalido.


Ya no tiene caso que te añore,
Ni que distraiga tus sentimientos,
que desee tu estadía cerca a mi.


De repente, no, no tiene caso,
o puede ser mi capricho,
mi añoranza, la que hace añorarte,
desear que estés aquí,
que me tomes de la mano,
y que, juntos, caminemos por el campo,
y escuchemos la música de la tierra,
y aspiremos el sabor a mangos y pepinos.


Oye, y porqué contestas en monosílabos?
acaso te aburre conversarme?
o es que prefieres la risa cantarina,
de esos ríos, esos robles, esos cedros,
del cafetal en flor, de los sembríos de maíz,
de las vacas que pacen, discretamente.


No quiero aburrirte de repente,
por amarte, quererte, añorarte,
no quiero que estés sólo,
eternamente sólo, apesadumbrado,
nostálgico, reencuentrate contigo mismo,
vuelve como el cordero fiel de la leyenda,
grita, clama, pide, exige.


Pero no vuelvas si no quieres,
pero no me olvides,
ni olvides que te quiero,
que te extraño,
y que tu paso cansado me duele,
como me duele.


Quisiera ser la tierra que pisas,
el aire que respiras,
la sangre que corre por tus venas,
esos brazos extendidos al aire.


Ojalá y pudiera volver a ser niño,
para decirte tantas cosas,
para amarte en silencio,
pisar tus huellas,
subirme sobre tus hombros.


Ojalá y pudiera volver hacerlo,
para sentir de nuevo tus brazos,
para abrazarte, y, de repente,
reencontrarnos, ser amigos,
recorrer mundo, ver a través de tus ojos,
y respirar el aire que respiras.


Ojalá y pudiera,
pero estoy triste. 




Jose Luis Castillejos Ambrocio

domingo, 10 de enero de 2016

LO DEJE POR TI


Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.


Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida. 


Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.

Dejé por ti todo lo que era mío. 

Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.



Rafael Alberti

sábado, 9 de enero de 2016

CEDRO Y CAOBA


Cedro y caoba,
la tarde baja
de garza en garza
y ahonda al río,
ligeramente,
lo que se canta.


Cedro y caoba
viven pareja del paraíso
cuya manzana mi sangre moja.


Al pie del cedro,
húmedo aroma.
Por su paloma
torcaz y cielo, subió una rama
sonoramente dodecaedro.


Franjas tardías
queman el cielo de una caoba.
Aire jilguero, y entre sus brazos,
la tarde toma.


¡Ay tarde sola
que te desgajas
cedro y caoba!


Sin que se quiera,
vuela una garza,
con tal belleza,
que tal semeja que así volara
por vez primera.


Restira el cielo
mantas azules
para la garza que sigue el vuelo.


Tanto su tiempo la tarde extiende,
que en dos azules
uno despide y el otro vuelve.


Azul en sombra
lucero tiene.


Azul en luces
sus luces vence.


Hora del mundo
que el alma toma,
en soledades
cedro y caoba.


Cedro y caoba,
¡pareja sola!


En mi garganta,
collar recuerdos
junta sus perlas para cerrarla.


(Si hay una queja
no hay una lágrima).


La tarde cae
ya entre un reguero
de estrella-tardes.


De alguna herida
se oye la sangre.


Tengo las manos sobre mi pecho.
Cruza una garza,
y el viento sale.


¿Salió de un cedro?
¿De una caoba?


Viento que rozas:
¿Por qué rosales llenos de espinas
pasaste ahora?
No aspirarte sería
talar el bosque-cedro y caoba.


Tálamo sólo
—caoba y cedro—.
Un rumor de silencio
brota del pecho.


Y un olor de caobas
bajo los cedros
abre noches fluviales
habitadas de luces y de luceros.




Carlos Pellicer

viernes, 8 de enero de 2016

ENTRE TINIEBLAS



Palabras tenebrosas
en pérfidos cultismos,
ocultas intenciones,
profundos los abismos.


Oscuras inquietudes,
herméticas miradas,
misterios perfumados,
imágenes veladas.


Quimeras fantasmales,
madejas enredadas,
idiomas marginales,
palabras maquilladas.


En libros encerradas
con cueros sus cadenas,
ingrávidos los gritos,
ingrávidas las penas.


Prefiero las palabras
que viven en tu boca,
prefiero algun silencio
o alguna frase rota.


Cadencia silenciosa,
sincera melodía,
madeja deshilada,
sencilla la poesía.



Dario P. Carvajal

jueves, 7 de enero de 2016

ALAS


Alas de ángel
silenciosas y envolventes
protegiendo los secretos
de mundos indecentes

Cuerpos de ángel
viajando por la arena
renovando corazones
marcando sus huellas

Cambias refugios
entre las plumas nacientes
ángeles de cielo
destellos y recuerdos

Alas de algodón
cubriendo los cuerpos
sueños de azúcar
en niños nacientes





Jose Botto

miércoles, 6 de enero de 2016

SLO DE INVIERNO


Cuando ha llovido toda la mañana
y el sol, de pronto asoma y dora el llano,
—y parece que el ángel del verano
cae sobre el invierno y lucha y gana—
Y el cielo se abre, el campo se engalana
y el viento barre hasta el confín lejano,
para mirar del sol el rostro ufano
con cuánto gozo te abro mi ventana!
Entra el sol y mi cuarto se ilumina,
se despeja el fastidio, huye la pena
que el alma límpida y serena.


Más qué pronto la dicha se termina!
La alegría del sol brilla un momento:
vuelve la oscuridad, la lluvia, el viento.




Jose Coronel Urtecho

lunes, 4 de enero de 2016

A UN ROBLE YARDE FLORECIDO


Un desmedrado roble sin verdor
que seco ayer a todos parecía,
hijo del páramo y de la sequía,
próxima víctima del leñador,


que era como una niña sin amor
que en su esterilidad se consumía,
con la lluvia de anoche oh, qué alegría!—
ha amanecido esta mañana en flor.


Yo me he quedado un poco sorprendido
al contemplar en el roble florido
tanta ternura de la primavera,


que roba en los jardines de la aurora,
esas flores de nácar con que enflora
los brazos muertos del que nada espera.




Jose Coronel Urtecho